Un pícaro y viejo burócrata sindical

Son las 12 del mediodía del domingo. Esperando el relato de la final del Turismo Carretera en Rafaela, suena en la radio de los Massot, LU2, el locutor que  hace una llamada en vivo a Ezequiel Crisol. En Bahía todos saben quien es. Con sus más de 90 años, y ya 40 al mando de la Asociación de Empleados de Comercio, el viejo dirigente empieza el saludito inicial. Ni bien comienza, ameno a locutor y oyentes:

-  “ya hace 100 años que la venimos peleando por el domingo franco” tira de antemano el viejo. De eso, también todos los oyentes saben de qué se habla. Bahía Blanca es un centro comercial para toda la zona. Todas las cadenas multinacionales de supermercados están instaladas en la ciudad, y hacen jugosos negocios. Máxime los fines de semana: en el complejo de la Avenida Cabrera, decenas de miles de autos pasan cada sábado y domingo, yendo y viniendo de compras. Claro, allí están instalados los capitales yanquis de Wal Mart, los holandeses de Makro y los nacionales de Hiper-Tehuelche y de la Cooperativa Obrera (sí, leyó bien, “Cooperativa” y “Obrera”, pero que factura millones para un puñado del directorio y explota más de 3.000 empleados en sus más de 60 sucursales). Y a esto hay que sumarle Yaguar, Diarco, los VEA, Carrefour…¿Franco los domingos? Con suerte uno al mes, y bancate que la semana que viene te dan el turno cortado de 9 a 12 y 17 a 22.

- “Por lo menos hacer la diferencia con un domingo al 100% y un franco compensatorio” dice el pícaro  e inamovible dirigente peronista. ¿Pero en qué quedamos, Ezequiel? ¿Domingo franco, o franco compensatorio? De una, u otra manera, los “super” se la arreglan: te ponen un sueldo miserable, y así estás obligado a trabajar los domingos así "levantas" un poco el sueldo. Crisol lo sabe, aunque nunca laburó un domingo.

La entrevista va y viene entre anécdotas de la vida cotidiana. Su primer auto y vivienda en momentos de Perón como Secretario de Trabajo (durante la dictadura de Farrel) tocan un tema que endulza el oído del oyente. Claro, todos estamos esperando el relato de la carrera, y somos bien fierreros… entonces Crisol habla de cuando “su” sindicato construyó el autódromo que lleva su nombre. Dice el viejo, fanfarroneando:

- “Fangio lo probó y dijo “es difícil, pero divertido”. Y comienza a hablar de los miles de dólares que están proyectando gastar para agrandar el circuito y así traer a la categoría más grande, la de los Chivos, Ford, la “doye” y los “toros”…"Ojalá se dé" dice el viejo, como leyéndole la mente al oyente.

Así la entrevista ya lleva como una hora de repaso de las grandes gestas de su cuarentena gestión en el sindicato. Hasta que se anima a actualizar su discurso:

- “yo soy peronista de Perón, vamo´ a ver qué es este gobierno...”. El viejo Crisol está con uno de los bandos capitalistas, sus amigotes de la Rural, bien rica en la zona triguera por excelencia que es Bahia y su zona. Por eso es uno de los “gordos” de la CGT, pero también sabe maniobrar para no quedar mal con el gobierno. Siempre pone un huevo en cada canasta (de los empresarios), y bien lo sabe este viejo zorro, siempre hablando en nombre de “sus” trabajadores.

Crisol es un hombre de fama hecha a base de acuerdos, pactos y sobre todo, gracias a que hizo mucha política…pero la cuestión es saber para quien hizo política. Entre 2009 y 2010, las grandes patronales supermercadistas han visto crecer su facturación más del 20%. El sueldo de los mercantiles es uno de los más retrasados en la escala salarial por convenio. Ni hablar de los trabajadores en negro. En Bahía Blanca más del 25% de todos los asalariados son mercantiles. Es decir, casi 30 mil trabajadores/as empleados de comercio, y es la rama laboral donde el trabajo en negro abunda: más del 40% dicen las estadísticas nacionales. Y ni pongamos en tela de juicio a las agencias. Un repositor puede pasar tranquilamente por una decena de ellas (como Bayton, Manpower, TMT, Full Time, PDV, la Borlenghi, etc), cobrando inluso menos de lo poco que ganan sus compañeros efectivos, siendo echados cuando las patronales quieren, y sin ningún tipo de derecho. Ni hablemos de la situación de las mujeres, muchas de ellas cajeras, con objetivos de "scaneo" por hora, ahora incluso pesando la verdura, fruta y carne, sufriendo el stress de las presiones de los encargados y los problemas de salud tipicos como tendinitis, artritis, etc...ni hablar de que si falta plata de la caja, lo deben reponer con su sueldo.

Crisol es una de las personas “bicentenarias” de la ciudad. El intendente, fiel a la estirpe fascita y chauvinista propia de LU2 y La Nueva Provincia, eligió coronar a determinados personajes bahienses con el premio de persona “bicentenaria” de la ciudad. Allí podremos encontrar curas amigos de la dictadura como Monseñor Mayer, deportitas y empresarios multimillonarios como Ginóbili, y el inefable Crisol, que siendo un viejo casi centenario, se llevó uno de los primeros premios. Pero esto no basta. A principios de mayo, la propia Corporación de Comercio, es decir, aquella que nuclea a las patronales supermercadistas, premió a Crisol como “hombre del año”. Nada más elocuente: todos los empresarios, políticos y funcionarios de la Bahia para ricos premian a este hombre, que bien sabe hacer política pro-patronal. Ezequiel Crisol, un dirigente sindical que es un verdadero agente de los pulpos capitalistas locales y extranjeros.

El mejor premio que podemos darle todos los trabajadores mercantiles a este viejo burócrata es organizarnos desde abajo, en cada lugar de trabajo, y así imponer un plan de lucha con un pliego único de demandas que nos una a todos los trabajadores-as de comercio, ocupados y desocupados. Un plan para impedir los despidos, acabar con el trabajo precario y los sueldo miserables, 40 horas de trabajo para todos y salarios acorde a la canasta familiar. Pase a planta permanente a todos los trabajadores contratados, en negro y precarizados. Elijamos delegados paritarios en asamblea. Basta de acuerdos a espaldas de los trabajadores. Hagamos como en Kraft-Terrabusi: echemos a patadas al viejo y toda su corte.