sábado, 26 de febrero de 2011

Aires de revolución en el Magreb

La situación en las ciudades de Libia

Los egipcios vuelven a la Plaza Tahrir y acusan al ejército de 'traicionar al pueblo'
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto negó este sábado que haya dado órdenes a la Policía Militar para agredir a los manifestantes en Tahrir y calificó los incidentes ocurridos en la céntrica plaza cairota de "roces no intencionados". La junta militar, que gobierna el país desde que el presidente Hosni Mubarak renunció el 11 de febrero pasado, hizo el anuncio en un breve comunicado difundido en su página de Facebook.
La nota se conoce después de que la policía desalojara con violencia a centenares de manifestares que pretendían acampar en la noche del viernes en la Plaza de la Liberación. El lugar, epicentro de las protestas políticas que terminaron con el régimen de Mubarak, había quedado libre después del derrocamiento del presidente. Sin embargo, el viernes decenas de miles de personas protestaron en la plaza pidiendo cambios políticos más rápidos y acusando a los militares de no mantener sus promesas. Algunos de ellos pretendían volver a acampar en ese lugar. (Seguir leyendo en: ElMunndo.es)

jueves, 24 de febrero de 2011

Cuando la revolución entra en escena...el "progresismo del Siglo XXI" se saca la careta



Aquí les dejamos las perlitas del progresismo latinoamericano...










Ruptura de las relaciones diplomáticas YA con Kadafi y todas las dictaduras.
Abajo Kadafi.
Fuera el Imperialismo de todo Medio Oriente y el Magreb.
Viva la revolución Arabe.

Una nueva “primavera de los pueblos”

ADELANTO DE LA REVISTA ESTRATEGIA INERNACIONAL Nº 27

El año 2011 comenzó con una oleada de levantamientos y movilizaciones obreras y populares. Si bien el epicentro de la intervención del movimiento de masas está en el mundo árabe y musulmán, donde están en curso distintos procesos revolucionarios, empieza a tener repercusiones en otras regiones del planeta, aunque aún se exprese en acciones con menor grado de profundidad y radicalización. Con el antecedente de la huelga general en Guadalupe en 2009, las movilizaciones y huelgas en Grecia en 2010 y la resistencia de los trabajadores y los jóvenes secundarios en Francia contra la reforma del sistema de pensiones de Sarkozy, esta oleada de luchas parece estar anunciando el inicio de un nuevo ciclo ascendente de la lucha de clases, con el trasfondo de la crisis económica internacional que ya lleva tres años.

El torbellino de la acción de masas en el mundo árabe y musulmán

Un repaso por los principales acontecimientos muestra el curso vertiginoso que ha tomado la entrada en escena de las masas en el mundo árabe. Tunez, 17 de diciembre de 2010. Un joven con título universitario pero que se ganaba la vida con un puesto de venta ambulante decidió inmolarse en protesta por la situación de miseria a la que el gobierno dictatorial de Ben Ali lo condenaba, al igual que a la gran mayoría de los jóvenes, trabajadores y desocupados. Este hecho trágico disparó un imponente levantamiento obrero y popular que el 14 de enero de 2011 derribó a Ben Ali, que había permanecido en el poder durante 23 años, con el sostén de Francia, antigua potencia colonial y principal socio comercial, y el apoyo de Estados Unidos que valoraba sus servicios en la “guerra contra el terrorismo”. La caída de Ben Ali no terminó de calmar las aguas: el domingo 20 de febrero miles de tunecinos volvieron a movilizarse reclamando la caída del “gobierno de transición” encabezado por Mohammed Ganouchi y exigieron el llamado a una asamblea constituyente.
El proceso tunecino desató una oleada revolucionaria que se extendió como un reguero de pólvora por el Norte de África, la península árabiga y el mundo musulmán. Las calles de Yemen, Jordania, Bahrein, Marruecos, Argelia, se llenan de jóvenes, trabajadores, mujeres, pobres de las ciudades, desocupados, que piden el fin de los regímenes despóticos –dictadores o monarcas– que son los que durante décadas han mantenido con puño de hierro las condiciones de opresión más brutales que permitieron imponer privatizaciones, ajustes y precarización laboral, para beneficio de las elites locales y las grandes transnacionales imperialistas.

Egipto, 25 de enero de 2011. Millones de personas, la gran mayoría jóvenes, sin empleo o con salarios de hambre, toman las calles de El Cairo, Alejandría y otras ciudades del país exigiendo la renuncia de Hosni Mubarak, uno de los principales aliados de Estados Unidos e Israel, en el poder desde 1981. El dictador resiste. Los manifestantes permanecen en la plaza Tahir. El ejército se preserva sin reprimir y mientras tanto negocia con Mubarak y el gobierno de Obama cómo organizar la salida de la dictadura sin darle a las masas un triunfo. Mientras las marchas se suceden y el ejército se preserva no reprimiendo las protestas, Mubarak intenta sostenerse en el poder ante la presión de las masas. Hasta que una imponente oleada de huelgas que paraliza los principales sectores de la economía, termina precipitando la caída de Mubarak el 11 de febrero. El ejército, que era pieza central del régimen y ha quedado intacto como principal sostén del estado, se hace cargo del gobierno. Sectores importantes de las clases medias parecen conformarse con las promesas de libertades democráticas dadas por la junta militar de gobierno, pero los trabajadores, alentados por la victoria conseguida, extienden las huelgas desafiando la prohibición de hacer huelgas y reuniones sindicales que intenta imponer el gobierno militar. Consiguieron que se vaya el dictador y ahora quieren salarios, mejores condiciones de vida, libertad sindical y exigen que se vayan los directores de las empresas nombrados por Mubarak. El pronóstico todavía es abierto: existe una posibilidad de que el ejército, apoyado por el imperialismo, la burguesía local y sus variantes políticas, logre sortear con éxito la “transición” y estabilizar una salida de “reacción democrática”, pero también existe la posibilidad que la dinámica de enfrentamiento con la clase obrera atraiga nuevamente a la lucha a amplios sectores de masas. O que la junta, que ha tomado en sus manos la redacción de una nueva constitución sin participación popular alguna, ceda finalmente muy poco y empuje también por esa vía de nuevo a las masas a las calles.

Yemen, 28 de enero. Decenas de miles de personas en Sanaa, la capital del país, y otras ciudades, exigen la renuncia de Ali Abdullah Sale, en el poder desde hace 33 años. Esa es la primera de una serie de movilizaciones que continuaron a pesar de la dura represión del régimen. Los motores de la lucha contra la dictadura yemení son profundos. Sale asumió el gobierno del entonces Yemen del Norte en 1978 y, en 1990, siguió en la presidencia de la República de Yemen, tras la reunificación capitalista del país en 1990. Este aliado norteamericano y de la monarquía saudita viene llevando adelante desde hace años una guerra sucia contra la población shiíta del norte y contra un movimiento separatista en el sur. Preside el país más pobre del mundo árabe, en el que casi la mitad de la población vive en la miseria y la desocupación alcanza al 35% de la población. Sin embargo este pequeño país tiene una importancia estratégica para Estados Unidos que desarrolla acciones militares encubiertas en su territorio persiguiendo supuestamente a combatientes de Al Qaeda e intenta organizar un recambio gubernamental con líderes opositores afines a sus intereses.

Libia, 15 de febrero. La represión contra una movilización antigubernamental en la ciudad de Bengasi, al este del país, desató un levantamiento insurreccional local contra el régimen de Kadafi. Las fuerzas de seguridad se pasaron del lado de los manifestantes que no sólo se hicieron de las armas sino también del control de la ciudad. Pero cuando las movilizaciones llegaron a Trípoli, la capital y sede del poder de Kadafi, la respuesta fue brutal. Aviones bombardearon barrios y dispararon sobre manifestantes. En solo un par de días la represión ya ha dejado centenares, si no miles, de muertos y desaparecidos. Kadafi, un coronel pretendidamente “tercermundista” devenido neoliberal, amigo de Bush, Blair y Berlusconi, que se ha mantenido en el gobierno desde 1969 usufructuando para él y su clan familiar gran parte de la cuantiosa renta petrolera, ha decidido resistir en el poder a fuerza de balas.

Indudablemente, por el grado de violencia de la represión del régimen y por la radicalidad del levantamiento, es el proceso más agudo con fuertes elementos de descomposición estatal, lo que abre la perspectiva de una guerra civil con resultado incierto, o incluso una situación de caos con enfrentamientos inter-tribales, en un país que es el doceavo exportador mundial de petróleo. Las potencias imperialistas, que en la última década hicieron buenos negocios con Kadafi, pasaron a oponerse al dictador -a diferencia de Italia con fuertes intereses cruzados en su antigua colonia- esperando que quizás su caída abra otras oportunidades para sus intereses, siempre y cuando se evite el escenario de desintegración y caos, aunque tampoco se puede descartar que de darse esta perspectiva, se utilice como excusa para desplegar alguna fuerza vinculada a la OTAN. Por su parte, los militares egipcios, que deben gerenciar su propia “transición” ven con preocupación que la fractura del ejército libio lleve a una situación descontrolada en el norte de África. Por eso, seguirían apoyando a Kadafi. El levantamiento en Libia ha dejado al desnudo a los gobiernos que se han alineado en la defensa del dictador como hizo Daniel Ortega, o hasta el momento se han callado ante la masacre como en el caso de Chávez. Incluso Fidel Castro justificó el accionar de Kadafi en nombre de una supuesta “resistencia al imperialismo”.

Bahrein, 16 de febrero. Las fuerzas de seguridad abren fuego contra una movilización que, inspirándose en Túnez y Egipto, pedía mejores condiciones de vida, cobrándose la vida de dos manifestantes. Este pequeño país, con un 70% de la población shiíta y un 30% sunnita, está gobernado desde fines del siglo XVIII por una dinastía monárquica sunita ligada a Arabia Saudita. El motor de la rebelión es la marginación de la mayoría shiíta –que compone el grueso de la clase obrera del país- de las estructuras del poder político. Aunque su peso demográfico y político es menor, la crisis en Bahrein puede tener consecuencias impredecibles para el imperialismo y la monarquía de Arabia Saudita. Bahrein es la sede del cuartel general de la quinta flota de marines norteamericanos, indispensable para la operación de las fuerzas de ocupación en Irak. Además, puede ser una fuente de inspiración para la población shiíta de Arabia Saudita, concentrada en las provincias petroleras del este. En apenas semanas, esta intervención explosiva del movimiento de masas del norte de África y la península arábiga, motorizada por las consecuencias de la crisis económica –en particular la suba de los precios de los alimentos–y el odio a los regímenes dictatoriales y proimperialistas, parece haber alentado la resistencia más allá de las fronteras de esta región.

Las movilizaciones empiezan a extenderse a otras regiones del globo

En Oaxaca, México, asomó nuevamente el fantasma de la Comuna de 2006. Los maestros volvieron a tomar las calles en protesta por una medida del presidente Calderón que favorece a la educación privada. El 15 de febrero, junto con otros sectores populares, se enfrentaron durante siete horas con las fuerzas policiales y de seguridad, y al día siguiente realizaron un paro de actividades y una movilización masiva para repudiar la represión y exigir la renuncia de funcionarios públicos.

En Bolivia, los trabajadores y sectores populares participaron de forma masiva en la jornada de protesta centralizada convocada por la Central Obrera Boliviana el 18 de febrero, contra los efectos inflacionarios del fallido intento de “gasolinazo” de Evo Morales y por el aumento de salarios. Aunque el rol de la COB es el de canalizar para descomprimir la lucha, es una confirmación de que el descontento por las medidas antipopulares del gobierno del MAS tiende a expresarse activamente con la movilización.

Incluso en Estados Unidos, donde lo que venía primando en la escena política es la emergencia de la extrema derecha agrupada en el Tea Party, la ofensiva del gobernador republicano de Wisconsin, Scott Walker, que pretende liquidar el rol de los sindicatos de empleados públicos en las negociaciones colectivas, provocó una importante respuesta de los trabajadores del sector público y los docentes, que se movilizaron por decenas de miles junto con los estudiantes, y acciones de solidaridad en varios estados el 23 de febrero. Aunque la dirección de los sindicatos y el partido demócrata juegan un rol en mantener controlado el movimiento, este es un síntoma importante que quizás preanuncie el despertar de la clase obrera norteamericana, muy golpeada por la crisis económica y que viene sufriendo un fuerte retroceso desde la década de 1980.

Mientras estamos escribiendo estas líneas, los trabajadores y la juventud en Grecia han vuelto a la lucha contra los planes de ajuste impuestos por la Unión Europea y el FMI, enfrentándose duramente con la policía antimotines en las calles de Atenas.

Son acciones prácticamente simultáneas de la lucha de clases como no se daban desde hace mucho tiempo. Estos acontecimientos ya están reactuando sobre la economía. El proceso en el mundo árabe y musulmán está llevando al aumento en los precios del petróleo y otras materias primas como el trigo. El destino de Libia, un importante abastecedor de petróleo a varias potencias de la Unión Europea, profundiza el temor de los mercados internacionales de que una disparada descontrolada del precio del crudo desencadene nuevas derivaciones de la crisis económica internacional. Además, por la importancia de la región para los intereses geopolíticos de Estados Unidos, la pérdida de aliados fundamentales como Mubarak puede profundizar la crisis hegemónica del imperialismo.

En los inicios de un nuevo período

Después de 30 años de restauración burguesa, estamos asistiendo a las primeras etapas de un nuevo período histórico en el que las masas están retornando a la escena, aunque con contornos y alcances todavía indefinidos.

Las analogías históricas, aunque imperfectas por definición, son de gran utilidad para analizar los procesos nuevos. En ese sentido, hemos usado la analogía con la restauración borbónica para comprender el significado profundo de la contrarrevolución neoliberal. Aunque ningún proceso histórico se repite, la actual oleada puede ser comparada con la llamada “primavera de los pueblos”. Históricamente, se conoció como “Primavera de los pueblos” a la oleada revolucionaria que comenzó en Francia en febrero de 1848 y rápidamente se extendió a Prusia y numerosas regiones de Alemania, al Imperio Austríaco, a Hungría que estaba bajo su control a Polonia, Italia y otros pueblos de Europa central, en el marco de la crisis económica que había estallado en 1846. Esta oleada desigual empezó a ser contenida con la salida de la crisis de la economía a mediados de 1850 y se cerró con el fin del proceso en Alemania ese mismo año y el autogolpe de Luis Napoleón Bonaparte en Francia el 2 de diciembre de 1851.

El límite de esta analogía histórica es que a diferencia del siglo XIX, esta nueva “primavera de los pueblos” ocurre en la época imperialista, de crisis, guerras y revoluciones. Tampoco estamos en el momento en el cual el proletariado moderno hizo su primera gran irrupción revolucionaria (como fue la insurrección de junio de 1848 en Francia) sino con una clase obrera que ha pasado por la experiencia de revolución y contrarrevolución del siglo XX.

Sin embargo, preferimos la analogía con ese período, que expresó el fin del período de restauración europea abierto con la caída de Napoleón en 1815 con el ascenso iniciado en 1968, ya que este contó desde un inicio con mayor centralidad proletaria y las masas no venían de un largo período de retroceso. El proceso actual carga sobre sus hombros las consecuencias de las tres décadas de restauración burguesa y esto no puede dejar de tenerse en cuenta para saber que este ciclo de la lucha de clases que se está abriendo será sin dudas tortuoso pero a la vez difícil de contener, ya que se da en el marco de la crisis capitalista mundial. En el ’68, donde también los jóvenes fueron protagonistas aunque con la presencia de una importante vanguardia radicalizada que se venía fogueando en la lucha contra la guerra de Vietnam en varios países, todavía continuaba el boom de la posguerra (la crisis se desataría con fuerza recién en 1973) mientras que hoy aunque los capitalistas lograron evitar la depresión a costa del monumental endeudamiento de los estados, la crisis en curso es más profunda que aquella que se dio a mitad de los ‘70.

La lucha por construir una dirección revolucionaria

Las potencias imperialistas primero se vieron sorprendidas por los acontecimientos que golpearon a sus aliados y agentes más relevantes como Ben Ali para Francia o Mubarak para Estados Unidos. La hipocresía imperialista quedó claramente expuesta, desacreditando aún más el discurso sobre la defensa de los “derechos humanos”. Durante más de treinta años, Estados Unidos, Francia, Italia, Gran Bretaña, entre otros han sostenido regímenes dictatoriales brutales, desde Mubarak hasta la monarquía saudita.

Pasado el desconcierto inicial, la política de Obama y de los países imperialistas de la Unión Europea es tratar de preservar lo más posible de los regímenes cuestionados por las masas mientras se presentan discursivamente como del lado de los manifestantes para tratar de imponer “transiciones pactadas” de recambio, buscando que no se alteren en lo esencial sus posiciones geopolíticas y sus negocios. En lo que hace a Egipto esto implica, en primer lugar, que se mantengan los acuerdos con el Estado de Israel y la subordinación política a las necesidades yanquis. De ahí que en las próximas semanas y meses en el mundo árabe musulmán se defina si vamos a procesos donde los trabajadores y las masas explotadas logren imponer sus demandas y liberarse de la dominación imperialista y de sus socios locales, o si estos lograrán contener el descontento popular y que la caída de los regímenes dictatoriales solo dé paso a regímenes con formas más o menos democrático-burguesas pero que no cuestionen lo central del orden imperialista, tal como ocurrió durante la década de 1980 en América Latina, aunque a diferencia de Latinoamérica, no se viene en esta región de derrotas históricas como fueron los golpes contrarrevolucionarios que terminaron con el ascenso de la década de 1970.

El elemento que juega en contra de esta perspectiva es que estamos en un contexto de crisis capitalista mundial que dificulta hacer concesiones sustantivas que logren desactivar los reclamos obreros y populares. Además, el carácter autocrático de la mayoría de los regímenes hace que las mediaciones políticas favorables al imperialismo sean todavía muy débiles.
Desde el ángulo del movimiento obrero, la principal debilidad es, como señalamos, la baja subjetividad revolucionaria con la que entra a este proceso luego de tres décadas de restauración burguesa. Las masas, en particular sus sectores avanzados, salen a la lucha pero sin una estrategia clara para derrotar el poder de la burguesía en vistas de imponer su propio estado, lo que impide llevar la lucha hasta el final. Tampoco por el momento parece haberse expresado una clara conciencia antiimperialista, aunque los regímenes y gobiernos contra los que se han desatado los levantamientos son abiertamente proimperialistas y las masas en el pasado expresaron su bronca contra estos por su apoyo a la guerra contra Irak o su rol cómplice frente a los ataques sionistas a Palestina. Sobre esa debilidad el imperialismo y las clases dominantes locales buscan contener los procesos en sus primeras etapas y desviarlos. Todo dependerá de que en el curso de este período la nueva vanguardia obrera y juvenil logre poner en pie verdaderas organizaciones revolucionarias que permitan llevar a los trabajadores, campesinos pobres y al conjunto de los explotados al poder.

En la región que hoy es epicentro de los levantamientos, aunque el movimiento obrero y popular tiene una importante tradición de lucha antiimperialista, las fuerzas marxistas revolucionarias han sido históricamente débiles, con la excepción parcial de Argelia. Sin embargo, los hechos que allí están sucediendo indudablemente tienen y tendrán repercusiones entre los trabajadores, los jóvenes y los sectores populares de todo el mundo. La vuelta a la escena de la acción independiente de las masas favorece la construcción de partidos obreros revolucionarios, particularmente en países donde la lucha de clases no solo tiene tradición, sino que mantuvo importantes niveles a lo largo de estos años, junto con una fuerte presencia y tradición trotskista como Francia, donde nuestros compañeros impulsan el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria (Plataforma 4) en el seno del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) y en Argentina, donde el PTS viene dando pasos importantes en la organización de la vanguardia obrera y juvenil. Los acontecimientos que estamos viviendo no hacen más que reforzar nuestras energías en la lucha por poner en pie partidos revolucionarios arraigados en la clase obrera y por reconstruir la IV Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Social.
(para ver más: http://www.pts.org.ar/)

martes, 15 de febrero de 2011

Una ola de huelgas paraliza a Egipto: advertencia de la Junta

15/02/11 Involucra a los servicios públicos, bancarios, médicos, enfermeros, trabajadores del Canal de Suez y hasta policías. Reclaman aumentos de sueldo y mejoras en las condiciones laborales. El gobierno dijo que no tolerará más protestas.

Egipto, liberado de la dictadura, se encendió ahora con un aluvión de huelgas y marchas sindicales alimentadas en unas condiciones laborales y de ingresos históricamente postergadas, que amenaza con una nueva etapa de grave agitación en este país. Las protestas involucran todo el arco laboral, desde servicios públicos, sanidad, bancarios, del Canal de Suez y hasta policías. Ayer la junta militar que gobierna Egipto sin Constitución ni Parlamento desde el golpe que derrocó el viernes al dictador Hosni Mubarak, advirtió que no se tolerarán las nuevas protestas y demandó a la gente regresar a sus trabajos.

“Los nobles egipcios ven que estas huelgas, en este momento tan delicado, llevan a resultados negativos”, dijo en tono cauto el vocero de la Junta. Nadie aquí apostaba ayer a que el mensaje vaya a ser acatado. Ahmed tiene 32 años, es bancario y está en huelga desde el domingo que es día laborable en esta parte del mundo. “Tenemos derecho a pedir aumento, ganamos la revolución”, le dice a este enviado en la plaza Tharir. Cuando se le consulta sobre el pedido de la Junta, dice con tono de delegado: “Están equivocados, no son así las cosas. Va a estallar una huelga general si no atienden los pedidos ”.

Ayer había insistentes versiones en El Cairo respecto de que los militares consideran prohibir el derecho de huelga y de reunión hasta que se celebren las prometidas elecciones en seis meses. Pero ambos son partes de los derechos que recuperó la población con esta rebelión y sólo podrían volver a conculcarse con una fuerte represión. Es una situación compleja. La dictadura sostuvo un régimen laboral con grandes niveles de explotación y sin derecho a las protestas. Esas demandas reprimidas están surgiendo como una catarata.

Los militares quieren evitar reprimir a los trabajadores para no perder autoridad ni la imagen de neutralidad que construyeron en esta crisis y que los vincula especialmente con los sectores más empobrecidos del país. Será difícil. El derrocamiento de Mubarak se produjo cuando fue claro que además de la protesta civil en las calles, habían surgido huelgas en todo el país que acompañaban la rebelión y ponían en riesgo a la economía. Ese escalamiento convenció a los aliados del hombre fuerte, en especial al establishment local, a retirarle su apoyo y sobrevino el golpe.

La crisis de Egipto y la que se produjo previamente en Túnez, o las que están esparciéndose por todo el mundo árabe y en Irán, tienen como impulso central la falta de libertad y las críticas desigualdades sociales que estos despotismos mantuvieron o mantienen como norma.

El triunfo sobre la dictadura aquí abrió así todas las compuertas. Ayer, en la plaza de la Liberación, el centro neurálgico de esta revolución –ahora completamente ordenada y sin carpas– Clarín pudo ver por lo menos dos marchas muy nutridas de trabajadores que reclamaban aumentos salariales. Parte de ellos, pertenecientes al transporte público de pasajeros, hicieron una concentración en el cercano canal de televisión estatal, donde también centenares de ambulancias fueron estacionadas en protesta por los conductores que piden mejores ingresos.

A pocas cuadras de la plaza, otras pequeñas columnas de trabajadores eran de empleados de bazares, o de empresas textiles con iguales reclamos. El domingo un grupo de trabajadores se plantó en las vías de los trenes de larga distancia aquí, en la estación central de El Cairo, reclamando que se los convierta en empleados fijos de la empresa y, por cierto, con aumentos en el ingreso.

El problema es que los sueldos en este país son realmente muy magros. Hala Fawsi, de 34 años, madre de dos niños que protestaba en las puertas de una empresa estatal de seguros donde trabaja desde hace cinco años, dijo que gana el equivalente en libras egipcias a veinte dólares por mes . “Ahora tenemos el coraje de salir y reclamar”, comentó. Ese dinero es realmente poco. Un dólar está en torno de las cinco libras y los alimentos se han disparado desde el inicio de la crisis global mundial, pero también debido a esta coyuntura local.

La inflación sólo el año pasado fue de 13% .

El ministro de Finanzas, Samir Raduan, dijo que el país perdió en estos 18 días de rebelión alrededor de dos puntos del Producto, pero aún falta evaluar lo que ha causado el fracaso de la temporada de turismo, actividad que aquí explica casi 9 por ciento de la economía del país.

Ayer también se malogró la operación bancaria. Una huelga paralizó al Banco Nacional, el mayor del país, y también a una enorme cantidad de otras entidades. El Banco Central decidió suspender las actividades, lo que se complica debido a que hoy es feriado aquí. De modo que recién volverán a abrir el miércoles.

La Bolsa de Comercio, que también iba a comenzar a operar ese día, decidió nuevamente postergar el reinicio para el domingo entrante, en un esfuerzo para moderar lo que se supone será una fuerte caída de los papeles debido a la incertidumbre reinante en el país. Ya en enero, en apenas dos días de operaciones antes de que estallara la crisis, los principales papeles se encogieron 17% .

En medio de estas convulsiones, se supo ayer que dos de los dirigentes de la plaza decidieron tomar contacto con los militares. Fue después que la junta anunciara el cierre del Congreso, como demandaban los manifestantes y la suspensión de la Constitución. Se aclaró luego que una reforma de la Carta Magna estará preparada en diez días y pasará a referéndum en dos meses.

El ex alto ejecutivo de marketing de Google, Wael Ghonim, y el blogger Amr Salama informaron en Internet que se reunieron el domingo con parte de la dirigencia militar de la Junta. No dieron nombres.

“Hablamos con el ejército para intentar entender sus puntos de vista y comunicarles nuestras visiones”, escribió Ghonim, quien estuvo detenido y desaparecido durante 12 días antes de la caída del régimen y que al salir se convirtió en un líder de la revuelta.

Más protestas en Yemen

Inspirados por la histórica jornada de protestas en Egipto que terminó con el régimen de Hosni Mubarak, miles de yemeníes volvieron a reclamar ayer por la salida de Ali Abdullah Saleh, quien se ha perpetuado en el poder durante los últimos 32 años. Fue el cuarto día consecutivo de protestas en aquel país.

“Después de Mubarak, Ali” gritaron los manifestantes en las calles de Sana, capital de Yemen. Como su par egipcio, Saleh es un aliado de los Estados Unidos. La protesta fue organizada por estudiantes y representantes de la sociedad civil, a quienes se sumaron un grupo de abogados.
La situación se tornó violenta cuando los manifestantes chocaron con una contramarcha a favor de Saleh frente a la Universidad de Sana. Los simpatizantes del presidente yemení habrían atacado con piedras y cuchillos, y tres personas resultaron heridas.
La ciudad industrial de Taiz también fue escenario de protestas. Hubo cuatro heridos por peleas entre opositores y oficialistas, y la policía lanzó proyectiles al aire para reestablecer el orden.

SANA. AP, ANSA Y EFE

lunes, 14 de febrero de 2011

La revolución es posible!!!


Charla debate sobre el proceso revolucionario abierto en Egipto

JUEVES 17 de febrero 19:30 Hs.
Casa Cultural "KARL MARX"

PARTIDO DE LOS TRABAJADORES SOCIALISTAS

domingo, 13 de febrero de 2011

Tras la caída de Mubarak

Análisis y opinión de Christian Castillo, dirigente nacional del PTS y director del IPS

viernes, 11 de febrero de 2011

CAYÓ MUBARAK, QUE SE VAYA TODO EL RÉGIMEN SIRVIENTE DE LOS YANQUIS Y DE ISRAEL

Christian Castillo. Comunicado de prensa de PTS

Buenos Aires, 11-02-2011) Christian Castillo, dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) señaló que “la salida de Mubarak es una primera victoria obtenida por el proceso de movilizaciones iniciado el 25 de enero. La caída del dictador asesino es una dura derrota para Obama, para el estado israelí y para el régimen de Arabia Saudita que trataron de sostenerlo a toda costa. Contra todos los escépticos, es una muestra del poder de  las masas movilizadas, donde fueron decisivas no sólo la permanencia de los manifestantes en la Plaza de la Liberación sino sobre todo las huelgas que empezaron a paralizar el país  desde hace unos días y estaban imponiendo una huelga general de hecho contra la dictadura”.
 
Castillo también señaló que “saludamos y compartimos la euforia de los cientos de miles de manifestantes que festejaron la caída de Mubarak. Sin embargo, alertamos que el traspaso del poder al Ejército es una maniobra para tratar de mantener en pie lo más posible de este régimen sirviente del imperialismo norteamericano y del Estado terrorista de Israel. No olvidemos que Mubarak proviene él mismo de un ejército que recibe 1500 millones de dólares del imperialismo norteamericano. Por nuestra parte, apostamos a que se continúe desarrollando el proceso revolucionario y que los trabajadores, la juventud, los campesinos y el conjunto de los explotados egipcios tomen este primer triunfo como un aliciente para continuar luchando por terminar con la pobreza, la desocupación y con el conjunto del régimen que encabezaba Mubarak, y entre otras e imprescindibles medidas rompa con el cerco a Gaza abriendo las fronteras en forma irrestricta. En estas fuerzas está la potencialidad para transformar radicalmente Egipto y toda la región, y para terminar con la opresión que sufre el pueblo palestino a manos del estado sionista israelí. El poder no puede quedar en manos de los que fueron personeros del dictador sino que debe pasar a quienes fueron artífices de su salida, los trabajadores y la juventud, la única manera de solucionar verdaderamente las demandas de los explotados y oprimidos. Ayer fue Túnez, hoy Egipto, y seguirá mañana con Argelia, Jordania y todos los regímenes pro-imperialistas de Medio Oriente”.
 
Por último Castillo denunció al gobierno nacional: "Mención aparte merece la política cipaya del gobierno de Cristina que se negó a romper relaciones con el dictador Mubarak siguiendo como sombra al cuerpo a la política dictada desde Washington".

Estallaron los gritos en El Cairo: ha sido derribado Mubarak!!!

Apesar de que El Cairo amaneció nublado, la temperatura subió y estalló la Euforia: Mubarak abandonaba el mando, el pueblo egipcio acaba de derrotar a su dictador. Viva la rebelión en Egipto!!!

Seguí en vivo los acontecimientos de hoy en Egipto desde Al Jazeera en VIVO

Mubarak abandona el poder (El Pais, 11/2/11)

El vicepresidente, Omar Suleimán, anuncia que el 'rais' deja el poder en manos del Ejército.- El anuncio desata la euforia entre los manifestantes que exigen su marcha desde hace 18 días. La revolución egipcia ha logrado su primer objetivo. El presidente, Hosni Mubarak, ha abandonado el cargo que ocupaba desde 1981. El vicepresidente del país, Omar Suleimán, ha anunciado que el rais deja el poder en manos del Ejército. El anuncio ha desatado la euforia en la plaza de la Liberación de El Cairo, donde centenares de miles de personas se reunían desde hace 18 días para pedir la caída del régimen.

El clamor popular ha sido finalmente escuchado. La multitud congregada en el centro de El Cairo había decidido ignorar el llamamiento del Ejército, esta mañana, para que desistir de la protesta. A cambio, decían, sus demandas serían atendidas. Los manifestantes, han redoblado entonces sus esfuerzos contra el dictador para que abandone el poder. La plaza de la Liberación de la capital egipcia se ha convertido hoy en un olla a presión cargada de frustración popular porque ayer no escucharon de Mubarak las palabras que esperaban. Primero han sido los rumores, confirmados horas después por un portavoz del partido oficial, de que el rais ha abandonado la capital egipcia para poner rumbo junto a su familia hacia la localidad turística de Sharm el Sheij (este del país, junto al mar Rojo). El siguiente paso ha sido el anuncio de la televisión estatal, cuya sede ha sido rodeada por los manifestantes, de que iba a emitir un importante comunicado. Minutos después, tres helicópteros militares han llegado al palacio presidencial, igualmente cercado por la multitud.
Y finalmente Suleimán ha pronunciado las palabras que la mayoría esperaba. "El presidente Mohamed Hosni Mubarak ha decidido renunciar a su cargo de presidente de la República y ha encargado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país", ha dicho Suleimán. El mensaje -al fin un comunicado inequívoco- sitúa como actor clave en el proceso político que se abre al Ejército. Ha llegado horas después de un decepcionante mensaje decepcionante de los militares. El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, presidido por el ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantaui, exigía en torno al mediodía el fin de las protestas para recuperar la normalidad en el país árabe. También se comprometía a levantar el estado de emergencia, una de las exigencias clave de la oposición, siempre y cuando los manifestantes regresasen a sus casas.
Tras comprobar que el Ejército continuaba en la calculada ambigüedad que ha mantenido en los 18 días de protestas, el imán de la mezquita de Tahrir ha aprovechado el sermón de la oración del viernes para reclamar a los manifestantes que se mantengan "firmes" y perseverantes en sus demandas. También les ha animado a "celebrar el triunfo de la dignidad". La plaza, abarrotada con centenares de miles de personas, ha prorrumpido en gritos de "fuera, fuera", el mensaje más repetido desde que se iniciaron las revueltas. Nada que no fuera la dimisión del rais les contentaría. (El País,11/02/11)

¿Quién es Hosni Mubarak?  "El faraón empecinado"

¿Quién es Omar Suleiman?  "Suleiman, el hombre de la CIA en El Cairo"

Plano de las Manifestaciones hasta HOY en Egipto




jueves, 10 de febrero de 2011

Suleiman, el hombre de la CIA en El Cairo

Mientras todos los medios de comunicacion internacionales, dando cuenta del nuevo embate de las masas egipcias, anuncian la inminente retirada de Mubarak, surge la pregunta...¿Quien reemplazará al dictador?
El pueblo egipcio deberá enfrentarse a la "transición ordenada" comandada por Suleiman, jefe de la inteligencia.
Aquí reproducimos un artículo de Al Jazeera que nos muestra parte de su prontuario.
Traducción Google (sepan disculparnos)

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El 29 de enero, Omar Suleiman, jefe de espionaje de Egipto, fue ungido vicepresidente por la tambaleante dictadura, Hosni Mubarak. Con el nombramiento de Suleiman, que forma parte de una reorganización del gabinete en un intento de apaciguar a las masas de manifestantes y mantener su dominio propio en la presidencia, Mubarak ha demostrado una vez más su habilidad para la astucia diabólica. Suleiman ha sido favorecida por el gobierno de EE.UU. por su anti-islamismo ardiente, su disposición a hablar y actuar duro con Irán - y ha sido durante mucho tiempo el hombre principal de la CIA en El Cairo.
Mubarak, Suleiman sabía que contaría con un grupo de presión instantánea de seguidores en Langley y entre 'Nexters de Irán en Washington - por no hablar de los otros regímenes autoritarios dependientes mukhabarat en la región. Suleiman es el favorito de Israel también, que ocupó el expediente de Israel y dirigió los esfuerzos de Egipto para aplastar a Hamas por la demolición de los túneles que han funcionado como un conducto para el contrabando de armas y alimentos a Gaza.
De acuerdo a un cable WikiLeak (ed) EE.UU. diplomática, titulado "La sucesión presidencial en Egipto, 14 de mayo de 2007:
"Jefe de inteligencia egipcio Mubarak y el consigliere, en los últimos años Soliman fue citada a menudo como pueda ser nombrado para el puesto por mucho tiempo abandonado a la vicepresidencia. En los últimos dos años, Soliman ha salido de las sombras, y se dejó fotografiar , y sus reuniones con líderes extranjeros informó. Muchos de nuestros contactos creen que Soliman, por su experiencia militar, que por lo menos tienen que figurar en cualquier escenario de la sucesión. "
Desde 1993 hasta el sábado, Suleiman era el jefe de Servicios Generales de Inteligencia de Egipto. Se quedó en gran parte en las sombras hasta el año 2001, cuando comenzó a hacerse cargo de los expedientes de gran alcance en el Ministerio de Relaciones Exteriores, él se ha convertido en una figura pública, como el documento WikiLeak atestigua. En 2009, fue promocionado por el Telegraph de Londres y la política exterior como el fantasma más poderoso de la región, superando incluso el jefe del Mossad.
A mediados de la década de 1990, Suleiman trabajado en estrecha colaboración con la administración Clinton en la elaboración y la aplicación de su programa de entregas, en ese entonces, la reproducción del secuestro de presuntos terroristas implicados y su transferencia a un tercer país para ser juzgado. En el lado oscuro, de Jane Mayer describe cómo el programa de entregas comenzó:
"Cada entrega se autorizó a los más altos niveles de ambos gobiernos [los EE.UU. y Egipto] ... El jefe de muchos años de servicio de la agencia de inteligencia central egipcia, Omar Suleiman, negoció directamente con altos funcionarios de la [CIA]. [El ex embajador de EE.UU. a Egipto Edward] Walker describió el homólogo egipcio, Suleiman, de «muy brillante, muy realista", y agregó que era consciente de que había un lado negativo a 'algunas de las cosas negativas que los egipcios dediquen, de la tortura y así sucesivamente. Pero no era delicado, por el "camino. (p. 113).
"Técnicamente, la ley de EE.UU. requiere la CIA para buscar" garantías "de Egipto de que los sospechosos prestados no ser torturados. Pero bajo el reinado de Solimán en la EGIS, esas garantías se consideran prácticamente inútiles. Como Michael Scheuer, un ex oficial jefe de la CIA [ de al-] escritorio Qaeda, que ayudó a establecer la práctica de las entregas, declaró más tarde, incluso si tales "garantías" fueron escritos con tinta indeleble, "que no valían un balde de saliva caliente."
Bajo la administración Bush, en el contexto de la "guerra global contra el terror", EE.UU. se convirtió en entregas "extraordinarias", es decir, el objetivo del secuestro y traslado fuera de la ley ya no era traer a un sospechoso a juicio -, sino más bien para ser interrogado buscan inteligencia procesable. El programa de entregas extraordinarias aterrizaron algunas personas en sitios de negro de la CIA - y los demás fueron entregados a la tortura por poder a otros regímenes. Egipto calcularon grande como una tortura destino preferido, al igual que Suleiman como torturador de Egipto-en-jefe. Al menos una persona extraordinariamente prestados por la CIA a Egipto - nacido en Egipto ciudadano australiano Mamdouh Habib - habría sido torturado por el propio Suleiman.
Solimán el torturador
En octubre de 2001, Habib fue capturado en un autobús por las fuerzas de seguridad paquistaníes. Durante su detención en Pakistán, a instancias de los agentes estadounidenses, fue suspendido de un gancho y se electrocutó en varias ocasiones. Él se volvió entonces a la CIA, y en el proceso de transportar a Egipto que tuvo que soportar el tratamiento habitual: sus ropas fueron cortadas, se rellena un supositorio en el ano, que se puso en un pañal - y 'envuelto como un rollito de primavera '.
En Egipto, Habib relata en sus memorias, Mi Historia: La historia de un terrorista que nunca estuvo, fue sometido a descargas eléctricas en varias ocasiones, sumergido en el agua hasta la nariz y lo golpearon. Sus dedos estaban rotas y que fue colgado de ganchos de metal. En un momento dado, a su interrogador le dio una bofetada tan fuerte que la venda se desprendió, revelando la identidad de su verdugo: Suleiman.
Frustrado no que Habib estaba proporcionando información útil o confesar su participación en el terrorismo, Suleiman ordenó a un guardia de asesinar a un prisionero esposado delante de Habib, que lo hizo con una patada de karate vicioso. En abril de 2002, después de cinco meses en Egipto, Habib fue prestado a la custodia estadounidense en la prisión de Bagram, en Afganistán - y luego transportados a Guantánamo. El 11 de enero de 2005, el día antes de que él estaba programado para ser cargada, Dana Priest, del Washington Post publicó un reportaje acerca de Habib tortura. El gobierno de EE.UU. anunció inmediatamente que no iba a ser acusados y serían repatriados a Australia.
Una mucho más infame caso de tortura, en el que Suleiman también está directamente implicado, es el de Ibn al-Sheikh al-Libi. A diferencia de Habib, que era inocente de todo vínculo con el terrorismo o la militancia, al-Libi era supuestamente un entrenador en el campo de Al-Khaldan en Afganistán. Fue capturado por los paquistaníes mientras huían por la frontera en noviembre de 2001. Fue enviado a Bagram, e interrogado por el FBI. Pero la CIA quería hacerse cargo, lo que hicieron, y fue transportado a un lugar negro en el USS Bataan en el Mar Arábigo, a continuación, extraordinariamente prestados a Egipto. Bajo tortura allí, al-Libi "confesó" el conocimiento sobre una conexión de al-Qaeda-Saddam, diciendo que dos agentes de al-Qaeda había recibido entrenamiento en Irak para su uso en armas químicas y biológicas. A principios de 2003, esto era exactamente el tipo de información que la administración Bush está tratando de justificar el ataque a Irak y para persuadir a los aliados reticentes a la marcha. De hecho, al-Libi "confesión" fue una de las piezas centrales de la "evidencia" presentada en las Naciones Unidas por el entonces Secretario de Estado Colin Powell para que el caso para la guerra.
Pues resulta, que la confesión fue una salida de él se encuentran torturado por los egipcios. Así es como el ex jefe de la CIA, George Tenet, describe toda la situación de al-Libi en 2007 su libro de memorias, En el centro de la tormenta:
"Creemos que Al-Libi fue la retención de información sobre la amenaza crítica a la vez, así que lo trasladaron a un tercer país para el interrogatorio más denuncias. Hicieron que lo hicimos a sabiendas de que sería torturado, pero esto es falso. El país en el pregunta [Egipto], entendido y acordado que se mantendría al-Libi por un período limitado. En el curso del interrogatorio mientras se encontraba bajo custodia de EE.UU. en Afganistán, Al Libi se refirió a la formación inicial que Al-Qaeda en Irak. Se ofreció información de que un militante conocido como Abu Abdullah le había dicho que por lo menos tres veces entre 1997 y 2000, el ahora fallecido líder de Al Qaeda Mohamed Atef Abu Abdullah había enviado a Irak para buscar la formación en venenos y gas mostaza .
"Otro de al-Qaeda detenido nos dijo que Mohammad Atef estaba interesado en la ampliación de los vínculos de Al Qaeda en Irak, que, en nuestros ojos, mayor credibilidad a los informes. Luego, poco después de la guerra de Irak puso en marcha, Al-Libi se retractó de su historia. Ahora, de repente, él decía que no existía la formación de estas cooperativas. Dentro de la CIA, hubo fuerte división en su retractación. Nos llevó a recordar su información, y aquí es donde comienza el misterio.
"La historia de Al-Libi, sin duda, es que se decidió a fabricar con el fin de conseguir un mejor tratamiento y evitar el castigo duro. Era evidente que mentía. Simplemente no sabemos cuándo. ¿Se encuentran la primera vez que dijo que al-Qaeda miembros recibieron entrenamiento en Irak - o lo hizo mentir cuando dijo que no tenía en mi mente, uno y otro caso aún podría ser verdad Tal vez, al principio, estaba bajo presión, asumió sus interrogadores que ya conocía la historia, y cantó lejos?.. Después de que pasó el tiempo y se puso de manifiesto que no se verían perjudicados, podría haber cambiado su historia a nublan las mentes de sus captores. operativos de Al Qaeda están entrenados para hacer precisamente eso. Una retractación restauraría su estatura como alguien que había confundido con éxito al enemigo. El hecho es que no sé qué historia es verdadera, y puesto que no sabemos, podemos suponer nada. (pp. 353-354) "
Al-Libi fue enviado fuera, en silencio, a Libia - a pesar de que los informes realizados a pocas paradas de otros en el camino -, donde fue encarcelado. El uso de la declaración de al-Libi en los preparativos para la guerra de Irak le hizo una responsabilidad enorme de América una vez que quedó claro que la supuesta relación Al Qaeda-Saddam era una mentira torturado. Su paradero era, de hecho, un secreto durante años, hasta abril de 2009, cuando investigadores de Human Rights Mira investigando el trato de los prisioneros libios lo encontró en el patio de una prisión. Dos semanas más tarde, el 10 de mayo, al-Libi fue muerto, y el régimen de Gadafi afirmó que fue un suicidio.
Según Evan Kohlmann, que goza de favor entre los funcionarios de estado de EE.UU. como un "experto en Al Qaeda ', citando una fuente clasificada:. Muerte de Al-Libi coincidió con la primera visita de Suleiman, jefe del espionaje egipcio Omar a Trípoli»
Kohlmann conjeturas y opina que, después de que Al-Libi contó su historia sobre una conexión de al-Qaeda-Saddam-armas de destrucción masiva, "Los egipcios fueron avergonzados por este reconocimiento - y el gobierno de Bush se encuentran en el agua caliente a nivel internacional Luego, en mayo de 2009. , Omar Suleiman, vio la oportunidad de vengarse de al-Libi y viajó a Trípoli. En avión el tiempo, Omar Suleiman, que queda Trípoli, Ibn al-Sheikh al-Libi había cometido "suicidio". "
Como pueblo en Egipto y en todo el mundo especulan sobre el destino del régimen de Mubarak, una cosa debe quedar muy claro: Omar Suleiman, no es el hombre para llevar la democracia al país. Sus manos están demasiado sucias, y cualquier "estabilidad" que se puede imaginar para traer al país y la región se produce en forma de un precio demasiado alto. Esperamos que los egipcios que se han agolpado en las calles y exigiendo una nueva era de libertad hará su salida del poder de parte de sus demandas, también.
Lisa Hajjar enseña sociología en la Universidad de California - Santa Bárbara y es co-editor de Jadaliyya.
Este artículo apareció por primera vez en Jadaliyya

miércoles, 9 de febrero de 2011

El PTS llama a movilizar hoy en apoyo al pueblo de Egipto (Comunicado)

Click ACÁ.

Apoyo a la Huelga General y la rebelión obrera y popular de Egipto y demás países árabes
Fuera Mubarak y todo el régimen
Apoyo a las justas reivindicaciones levantadas por los trabajadores y los pueblos de Egipto y demás países árabes
Fuera las manos del imperialismo y del sionismo y todo intento de frenar la revolución por la vía represiva o el recambio cosmético
Por la ruptura de relaciones con el gobierno y el régimen de Mubarak
Basta de reprimir y asesinar a los trabajadores y el pueblo de Egipto
Libertad a los presos políticos

Marcha a la embajada de Egipto:

¿Adónde va Egipto?

Para ayudar a explicar los grandes acontecimientos que está viviendo Egipto, Faruq Sulehnia ha entrevistado al académico y activista Gilbert Achcar. Extraído de Viento Sur.

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¿Crees que la promesa de Mubarak del pasado 1 de febrero de no presentarse a las próximas elecciones constituye una victoria del movimiento, o no fue más que una treta para calmar a las masas, visto que al día siguiente los manifestantes de la plaza de Al Tahrir serían brutalmente atacados por las fuerzas favorables al régimen?
El levantamiento popular egipcio contra el régimen alcanzó un primer punto culminante el 1 de febrero, obligando a Hosni Mubarak a anunciar una serie de concesiones al final del día. Fue el reconocimiento de la fuerza de la protesta popular y un claro paso atrás por parte del dictador, seguido del anuncio del deseo del gobierno de negociar con la oposición. Se trató, en efecto, de concesiones importantes viniendo de un régimen tan autoritario y una prueba de la magnitud de la movilización popular. Mubarak incluso prometió acelerar los procesos judiciales en curso contra el fraude perpetrado en las anteriores elecciones parlamentarias.
Por otro lado, dejó claro que no pensaba ir más allá de esto. Con el ejército firmemente de su lado, trató de apaciguar al movimiento de masas, así como a las potencias occidentales que le presionan a que reforme el sistema político. Negándose a dimitir, concedió algunas de las reivindicaciones fundamentales que había formulado inicialmente el movimiento de protesta egipcio, cuando inició la campaña el 25 de enero. Sin embargo, desde entonces el movimiento ha ido radicalizándose hasta el punto de que nada que no sea la dimisión de Mubarak bastará para calmarlo, y de que muchos de sus componentes incluso reclaman que lo lleven a los tribunales.
Es más, el movimiento ya considera ilegítimas todas las instituciones principales del régimen, tanto del poder ejecutivo como del legislativo, es decir, el parlamento. A resultas de ello, una parte de la oposición exige que se nombre presidente interino al presidente del tribunal constitucional y que se convoquen elecciones a una asamblea constituyente. Otros desean que se constituya un comité nacional de fuerzas de la oposición para que supervise la transición. Por supuesto, estas reivindicaciones reflejan una perspectiva democrática radical. Para imponer un cambio tan profundo, el movimiento de masas tendría que romper o desestabilizar la columna vertebral del régimen, es decir, el ejército egipcio.
¿Quieres decir que el ejército egipcio apoya a Mubarak?
Todavía más que otros países similares, como Pakistán o Turquía, Egipto es esencialmente una dictadura militar con fachada civil, dirigida por hombres procedentes del ejército. El problema es que la mayoría de la oposición egipcia, empezando por los Hermanos Musulmanes, han estado sembrando ilusiones con respecto al ejército y su supuesta “neutralidad” o incluso “benevolencia”. Han presentado al ejército como un intermediario honesto, cuando lo cierto es que el ejército como institución no es ni mucho menos “neutral”. Si no lo han utilizado todavía para reprimir el movimiento, es únicamente porque Mubarak y el Estado mayor no consideran oportuno tomar esta opción, probablemente porque temen que los soldados se mostrarían reacios a desempeñar tareas represivas. De ahí que el régimen prefiriera orquestar contramanifestaciones y organizar a matones para que atacaran al movimiento de protesta. El régimen intentó crear la apariencia de un conflicto civil, presentando a Egipto como un país dividido en dos bandos y sentando así las bases para la intervención del ejército como “árbitro” de la situación.
Si el régimen lograba crear un movimiento significativo de signo contrario y provocar enfrentamientos a mayor escala, el ejército podría tomar cartas y decir: “Se acabó, ahora todo el mundo a casa”, asegurando que las promesas de Mubarak se cumplirían. Al igual que muchos observadores, estos dos últimos días me temí que esta estratagema daría resultado y debilitaría al movimiento, pero la enorme movilización del “día de la despedida” de hoy lo desmiente. El ejército tendrá que hacer nuevas concesiones más importantes al levantamiento popular.
Cuando hablas de oposición, ¿a qué fuerzas te refieres? Por supuesto, oímos hablar de los Hermanos Musulmanes y del El Baradei. ¿Existen otros componentes, como organizaciones de izquierda, sindicatos, etc.?
La oposición egipcia abarca un amplio abanico de fuerzas. Hay partidos, como el Wafd, que son legales y constituyen lo que podemos llamar la oposición liberal. Después hay una zona gris que ocupan los Hermanos Musulmanes. No están legalizados, pero el régimen los tolera. Los miembros de su estructura son conocidos, no es una organización clandestina. Sin duda, los Hermanos Musulmanes son de lejos la principal fuerza de oposición. Cuando el régimen de Mubarak, presionado por EE.UU., concedió cierto espacio a la oposición en las elecciones parlamentarias de 2005, los Hermanos Musulmanes, que se presentaron con la etiqueta de "independientes", lograron 88 diputados, es decir, el 20 % de los escaños del parlamento, a pesar de todas las trabas. En las últimas elecciones de noviembre y diciembre pasados, después de que el régimen de Mubarak hubiera decidido cerrar el espacio que había concedido en 2005, los Hermanos Musulmanes casi desaparecieron del parlamento, perdiendo todos los escaños menos uno.
Entre las fuerzas de izquierda, la más grande es el partido Tagammu, que es legal y tiene cinco diputados. Se reclama del legado nasserista /1 y en sus filas han militado destacados comunistas. Es básicamente un partido de izquierda reformista y el régimen no lo considera una amenaza. Al contrario, se ha mostrado bastante complaciente con él en repetidas ocasiones. En Egipto también hay nasseristas de izquierda y grupos de izquierda radicales, pequeños pero muy activos y muy implantados en el movimiento de masas.
Luego hay movimientos de la “sociedad civil”, como Kefaya, una alianza de diversas fuerzas de oposición que se constituyó en solidaridad con la segunda Intifada palestina en 2000. Más tarde se opuso a la invasión de Iraq y posteriormente se dio a conocer como movimiento democrático contrario al régimen de Mubarak. De 2006 a 2009, el país asistió a una oleada de acciones del movimiento obrero, incluidas algunas grandes huelgas masivas. En Egipto no existen sindicatos obreros independientes, con una o dos excepciones muy recientes, fruto de la radicalización social. El grueso de la clase obrera no cuenta con una representación y organización independientes. Un intento de convocar una huelga general el 6 de abril de 2008 en solidaridad con los trabajadores dio lugar a la creación del Movimiento Juvenil del 6 de Abril. Las asociaciones como esta y Kefaya son grupos orientados a la movilización, no partidos políticos, y en sus filas militan personas de distintas filiaciones políticas junto con activistas no afiliados a ningún partido.
Cuando Mohamed el Baradei volvió a Egipto en 2009 después de dejar la dirección del OIEA /2, su prestigio personal, reforzado por la concesión del Premio Nobel de la Paz en 2005, le permitió reunir en torno a su persona a una serie de personalidades y grupos liberales y de izquierdas, pero los Hermanos Musulmanes adoptaron una postura más bien tibia hacia él. Muchos miembros de la oposición veían en El Baradei, que goza de reputación y contactos internacionales, a un potente candidato con posibilidades frente a Mubarak o su hijo. De este modo, se convirtió en una referencia para buena parte de la oposición y logró agrupar tanto a fuerzas políticas como a personalidades. Así se formó la Asociación Nacional por el Cambio.
Todas estas fuerzas están muy implicadas en el presente levantamiento. Sin embargo, la gran mayoría de los manifestantes en las calles no tienen ninguna filiación política. Es una enorme masa harta de vivir bajo un régimen despótico, cuya furia se ve alimentada por el deterioro de las condiciones económicas debido al fuerte aumento de los precios de productos básicos, como alimentos, combustible y electricidad, todo ello en medio de un creciente desempleo. Esto no solo ocurre en Egipto, sino en la mayor parte de la región, lo que explica que el fuego de la revuelta que comenzó en Túnez se extendiera tan rápidamente a tantos países árabes.
¿Es El Baradei realmente una figura popular, o es de alguna manera el Mir-Hossein Musavi /3 del movimiento egipcio, es decir, alguien que intenta cambiar las caras sin acabar con el régimen?
No estoy de acuerdo, en primer lugar, con esta caracterización de Musavi. Está claro que Mir-Hossein Musavi no quería "cambiar el régimen", si por eso se entiende una revolución social. Pero hubo sin duda un choque entre fuerzas sociales autoritarias, encabezadas por los Pasdaran y representadas por Ahmadineyad, y otros sectores agrupados en torno a una perspectiva reformista liberal representada por Musavi. Hubo efectivamente un choque entre dos concepciones del "régimen", es decir, del modelo de sistema político.
Mohamed el Baradei es un auténtico liberal que quiere que su país pase de la dictadura actual a un régimen democrático liberal, con elecciones libres y libertades políticas. Si existe un abanico tan amplio de fuerzas políticas que desean colaborar con él, es porque ven en él la alternativa liberal más creíble al régimen existente, un hombre que no está al frente de una organización propia y es por tanto una figura adecuada para un cambio democrático.
Volviendo a la analogía de antes, no se le puede comparar con Musavi, que pertenece al régimen iraní y es uno de los hombres que lideraron la revolución islámica de 1979. Musavi contaba con sus propios seguidores en Irán antes de erigirse en líder del movimiento masivo de protesta de 2009. En Egipto, El Baradei no puede ni quiere desempeñar un papel similar. Le apoya una amplia gama de fuerzas, pero ninguna de ellas lo considera su líder.
La actitud reservada que mostraron inicialmente los Hermanos Musulmanes hacia El Baradei tenía que ver en parte con el hecho de que no tiene inclinaciones religiosas y es demasiado laico para su gusto. Además, los Hermanos Musulmanes habían cultivado una relación ambigua con el régimen a lo largo de los años. Si hubieran apoyado plenamente a El Baradei, se habría reducido su margen de negociación con el régimen de Mubarak, con el cual han estado regateando durante bastante tiempo. El régimen les hizo muchas concesiones en la esfera sociocultural, como por ejemplo el refuerzo de la censura islámica en cuestiones culturales. Era lo más fácil que podía hacer el régimen para apaciguar a la Hermandad. Debido a ello, Egipto retrocedió mucho con respecto a la secularización que se consolidó bajo Gamal Abdel Nasser en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
El objetivo de los Hermanos Musulmanes consiste en asegurar un cambio democrático que les permita participar en elecciones libres, tanto parlamentarias como presidenciales. El modelo que pretenden reproducir en Egipto es el de Turquía, donde el proceso de democratización estaba controlado por el ejército y este sigue siendo un pilar fundamental del sistema político. Este proceso, sin embargo, creó un espacio que permitió al AKP, un partido islámico conservador, ganar las elecciones. No están por derribar el Estado y por eso cortejan a los militares y se ocupan de evitar cualquier gesto que pudiera indisponer al ejército. Aplican una estrategia de conquista gradual del poder; son gradualistas, no radicales.
Los medios occidentales insinúan que la democracia en Oriente Próximo llevaría a la victoria del integrismo islámico. Hemos visto el retorno triunfal de Rachid Ghanuchi a Túnez después de muchos años de exilio. Los Hermanos Musulmanes podrían ganar unas elecciones libres en Egipto. ¿Qué piensas al respecto?
Yo daría la vuelta a toda la cuestión. Diría que es la falta de democracia la que ha permitido a las fuerzas integristas religiosas ocupar ese espacio. La represión y la falta de libertades políticas han mermado notablemente las posibilidades de los movimientos de izquierdas, obreros y feministas de desarrollarse en un entorno de creciente injusticia social y degradación económica. En estas condiciones, la manera más fácil de expresar la protesta masiva es la que utiliza los canales más fácilmente disponibles y abiertos. Así es cómo la oposición ha acabado siendo dominada por fuerzas que se adhieren a ideologías y programas religiosos.
Aspiramos a una sociedad en la que estas fuerzas sean libres de defender sus puntos de vista, pero en competencia ideológica abierta y democrática entre todas las corrientes políticas. Para que las sociedades de Oriente Próximo vuelvan a la senda de la secularización política, a la desconfianza popular ante el aprovechamiento político de la religión que prevaleció en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, necesitan el tipo de educación política que únicamente puede adquirirse mediante una práctica prolongada de democracia.
Dicho esto, el papel de los partidos religiosos varía de un país a otro. Es cierto que Rachid Ghanuchi ha sido recibido por unos cuantos miles de seguidores cuando llegó al aeropuerto de Túnez. Sin embargo, su movimiento, Al Nahda, tiene mucha menos influencia en Túnez que los Hermanos Musulmanes en Egipto. Por supuesto, esto se debe en parte al hecho de que Al Nahda sufrió una feroz represión desde los años noventa. Pero también tiene que ver con el hecho de que la sociedad tunecina es menos propensa que la egipcia a las ideas integristas religiosas, gracias a su mayor grado de occidentalización y su mayor nivel de educación, así como a la misma historia del país.
Pero no cabe duda de que las principales fuerzas de oposición a los regímenes existentes en toda la región son partidos islámicos. Hará falta una experiencia democrática prolongada para cambiar la dirección del viento que ha prevalecido durante más de tres décadas. La alternativa es la situación argelina, donde el ejército cortó un proceso electoral mediante un golpe de Estado en 1992, que dio lugar a una guerra civil devastadora cuyo precio todavía está pagando el país.
La impresionante eclosión de las aspiraciones democráticas de los pueblos árabes en las últimas semanas es realmente alentadora. Ni en Túnez ni en Egipto, ni en ningún otro lugar las protestas populares se han inspirado en programas religiosos o han estado encabezadas principalmente por fuerzas religiosas. Se trata de movimientos democráticos que muestran un profundo deseo de democracia. Las encuestas han mostrado durante muchos años que la democracia es un valor sumamente apreciado en los países de Oriente Próximo, contrariamente a los prejuicios “orientalistas” al uso sobre la “incompatibilidad” cultural de los países musulmanes con la democracia. Los acontecimientos en curso demuestran una vez más que toda población privada de libertad acabará levantándose por la democracia, cualquier que sea la “esfera cultural” a la que pertenezca.
Quienquiera que se presente en futuras elecciones libres en Oriente Próximo y las gane se las tendrá que ver con una sociedad en la que la exigencia de democracia ha adquirido una fuerza enorme. Le será muy difícil a cualquier partido —cualquiera que sea su programa— hipotecar estas aspiraciones. No digo que será imposible, pero un resultado importante de los acontecimientos en curso es que las aspiraciones populares a la democracia han adquirido un impulso formidable. Crean las condiciones ideales para que la izquierda pueda reconstruirse como alternativa.
4/2/2011
Gilbert Achcar, que se crió en Líbano, es profesor de estudios sobre el desarrollo y relaciones internacionales en la School of Oriental and African Studies (SOAS) de Londres y autor de varios libros, entre ellos The Arabs and the Holocaust: the Arab-Israeli War of Narratives, Metropolitan Books, Nueva York, 2010, publicado recientemente.
Traducción: VIENTO SUR
_________
/1 Gamal Abdel Nasser fue presidente de Egipto de 1956 a 1970. Enfrentado a las potencias occidentales, fue uno de los líderes del movimiento de los países no alineados y máximo exponente del nacionalismo egipcio.
/2 Organismo Internacional de la Energía Atómica. En 2003, El Baradei tuvo un encontronazo con George W. Bush y sus aliados al desmentir categóricamente los bulos sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq.
/3 Ex primer ministro iraní, se enfrentó en las elecciones presidenciales de 2009 al actual presidente Ahmadineyad, cosechando muchos votos de la juventud y la clase media urbana.

martes, 8 de febrero de 2011

Solidarida internacional con la lucha del pueblo egipcio

CHARLA DEBATE EN VIVO SOBRE EGIPTO

¡VENÍ o PARTICIPÁ ONLINE!


Este Martes 8 de Febrero, a las 19 hs. realizaremos una Charla Debate para reflexionar sobre esta rebelión que conmueve al mundo. Podés venir o participar online, hacer preguntas y dar opiniones via chat, facebook y twitter.
Desde hace 15 días el pueblo de Egipto protagoniza un levantamiento revolucionario, con la juventud al frente. Exigen ¡Que se vaya Mubarak! dictador apoyado por el imperialismo yanqui, y el fin del régimen. La dictadura asesinó a cientos de manifestantes, el ejercito ocupa las calles, la censura es extendida, Mubarak se aferra al poder y se tejen cientos de engaños, pero la lucha continúa.

¡Solidaridad internacional con la lucha del pueblo egipcio!

No te pierdas esta charla, difundila.

Martes 8 - 19hs - en el IPS

(Instituo del Pensamiento Socialista - Riobamba 144 - Ciudad de Buenos Aires)

Seguila online por www.tvpts.tv

domingo, 6 de febrero de 2011

Que se vaya Plaza YA - Todo el apoyo a los trabajadores del transporte

Comunicado de Prensa. Click ACÁ.

El PTS se movilizó en apoyo al pueblo de Egipto



EL PTS SE MOVILIZA ESTE VIERNES EN APOYO AL PUEBLO DE EGIPTO(Buenos Aires, 04-02-2011) José Montes, dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) convocó hoy “a participar masivamente de la concentración y movilización unitaria en apoyo a los trabajadores y el pueblo de Egipto que lucha por terminar con la dictadura de Mubarak”. La concentración tendrá lugar a partir de las 17 horas de este viernes 4 de febrero en el Obelisco.

Montes señaló que “es una vergüenza que el gobierno nacional haya dado un aval a la continuidad del dictador por boca del canciller Timerman diciendo que no emite juicios de valor sobre el gobierno egipcio, cuando han sido asesinados por la represión más de 300 manifestantes. Lo que corresponde es romper relaciones con la dictadura para favorecer el triunfo de los que luchan contra ella”.
Finalmente el dirigente del PTS y delegado de los trabajadores del Astillero Río Santiago afirmó que “no hay que tener ninguna confianza en las salidas gatopardistas que están preparando los yankys con el ejército y miembros del régimen. Tenemos que solidarizarnos internacionalmente para que no quede piedra sobre piedra de esa dictadura pro imperialista”.
Secretaría de Prensa del PTS
Partido de los Trabajadores Socialistas
Contactos:
José Montes: (0221) 15 4081 467
Marcela Soler (prensa): 15 5470 9292
Virginia Rom (prensa): 15 5006 4242

CONSIGNAS DE LA CONVOCATORIA UNITARIA
Junto a los trabajadores y los pueblos de Egipto y demás países árabes
Apoyo a la Huelga General y la rebelión obrera y popular de Egipto y demás países árabes
Fuera Mubarak y todo el régimen
Apoyo a las justas reivindicaciones levantadas por los trabajadores y los pueblos de Egipto y demás países árabes
Fuera las manos del imperialismo y del sionismo y todo intento de frenar la revolución por la vía represiva o el recambio cosmético
Por la ruptura de relaciones con el gobierno y el régimen de Mubarak
Basta de reprimir y asesinar a los trabajadores y el pueblo de Egipto
Libertad a los presos políticos
Convocan: Sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines, Asambleas del Pueblo, Partido de los Trabajadores por el Socialismo, Nuevo MAS, Democracia Obrera, Convergencia Socialista, Partido Revolucionario (Marxista Leninista), Movimiento Brazo Libertario, Partido de la Revolución Socialista, Liga Socialista Revolucionaria, Frente Obrero y Socialista, Frente de Acción Revolucionaria, Movimiento Teresa Rodríguez, CUBA/MTR, Corriente Obrera Revolucionaria, Correpi, Comisión por la Libertad de los Presos Políticos, Tendencia Piquetera Revolucionaria, Movimiento TORRE, Izquierda Socialista.

viernes, 4 de febrero de 2011

Gritos de '¡Se va, se va!' contra Mubarak

VIERNES 4 de Febrero, 18:30HS
Concentración en plaza Rivadavia
en apoyo a la rebelión.

Confluyendo con el acto de la izquierda en capital.
Gritos de '¡Se va, se va!' contra Mubarak después del rezo del viernes (El pais)



La plaza de la Liberación se convierte en un clamor contra el presidente de Egipto en el día en el que la población espera su salida del Gobierno
"¡Se va, se va!" y "¡No nos vamos hasta que él se vaya!". Es el grito unánime que a estas horas se oye en la plaza de la Liberación de El Cairo. Ha comenzado en el momento justo en el que el rezo del viernes concluía, un rezo en el que se han unido musulmanes y cristianos. La lucha para echar del poder al presidente Hosni Mubarak alcanza hoy un día clave, una jornada en la que los opositores esperan el abandono. Por eso fue bautizado como el Día de la despedida. Durante el sermón, los predicadores han insistido en que la revolución "no es religiosa" y "pertenece por igual a musulmanes y cristianos, hombres y mujeres". En la concentración, que vuelve a ser pacífica tras los disturbios de los dos últimos días, hay sentimiento de esperanza y también de determinación en que el régimen moverá pieza, entre otras cosas por las noticias que llegan de que Washington está negociando la marcha inmediata del presidente egipcio tras 29 años en el poder. La Unión Europea ha realizado un nuevo llamamiento a una "transición que debe comenzar ya", según una declaración firmada por los jefes de Estado o Gobierno de los Veintisiete.
Con la plaza de la Liberación como epicentro del movimiento contra el régimen, las protestas se han extendido también a Alejandría, la segunda ciudad del país, y otras localidades como Suez, Port Said o Mansura. Ante el incremento de las presiones internas y externas, el régimen ha dado nuevos pasos para acercarse a la oposición, a la que ha pedido un documento que recoge sus principales demandas, según ha informado la televisión Al Yazira. Lo que no ha cambiado demasiado respecto a días anteriores es el intento de los esbirros de Mubarak de silenciar a los medios internacionales, ya que la propia televisión qatarí ha denunciado a través de un comunicado que su oficina en El Cairo ha sido incendiada y destruida por "bandas de matones".
Horas antes del rezo, el Ejército ha intensificado los accesos a la plaza. Si bien estos días atrás los soldados que controlaban los accesos permitían la entrada a los grupos de personas que se acercaban, hoy el control es mayor y solo se ha permitido el acceso de uno en uno, lo que ha provocado numerosas colas para entrar. El mayor papel de los militares, posterior a la visita del ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantawi, hace unas horas, puso en alerta a los manifestantes, que comenzaron a rodear los carros de combate para evitar que sus movimientos les destrozaran sus barricadas caseras. El ministro, permanentemente rodeado de fuertes medidas de seguridad, ha dicho algunas frases a periodistas de EL PAÍS y la Cadena SER: "Egipto es un país fuerte. La situación está bajo control". Además, ha tratado de rebajar importancia a las protestas: "No todo el país es la plaza de la Liberación".
Por otro lado, el canal de televisión Al Yazira ha narrado cómo los manifestantes comprobaban esta mañana los documentos de identidad de las personas que accedían al lugar para que no se colara ningún policía o agente al servicio del Gobierno que pueda ocasionar disturbios como los vividos ayer y anteayer. El ambiente que se respira es de alegría y confianza en que la salida de Mubarak es un hecho. Las personas concentradas en la plaza están informados de lo que está ocurriendo fuera y de las negociaciones de los políticos como respuesta a sus protestas.
La presión a los periodistas internacionales presentes en la plaza ha continuado hoy, después de que ayer muchos sufrieran diferentes agresiones. Los militares les han quitado los pasaportes a primera hora, mientras esperaban la llegada del ministro de Defensa, pero este ha ordenado que los devolvieran tras su visita.
La plaza de la Liberación se convirtió de nuevo ayer en el escenario de una batalla campal a pesar de que por la tarde los militares optaron por disparar al aire con el objetivo de disolver a la multitud enzarzada. A medida que crece la tensión, los círculos de poder más próximos a Mubarak temen que la dimisión del presidente no sea suficiente. Por eso no ha sorprendido que anoche el diario The New York Times filtrara que la Casa Blanca negocia con oficiales egipcios un plan para que Hosni Mubarak abandone el poder inmediatamente. El vicepresidente Omar Suleimán, exjefe de los servicios secretos y mano derecha dl presidente, lideraría el Gobierno de transición con apoyo del Ejército.
En una entrevista concedida a la corresponsal Christiane Amanpour, de ABC News, Hosni Mubarak , aseguró que la única manera de que no se instale el caos en la ciudad es su permanencia en el poder. "Me dio mucha pena ver a egipcios peleando entre ellos. Me hubiera ido, pero todo sería un caos", recalcó el presidente. "No me importa lo que la gente diga sobre mí. Me importa mi país, me importa Egipto", insistió.
Poco después el vicepresidente Omar Suleimán, hombre clave en la crisis, apareció en televisión para calmar los ánimos. No lo consiguió. Primero, porque es difícil calmar desde la pantalla a dos multitudes que se pegan con todo lo que tienen a mano, y porque la mayor violencia provenía justamente del bando gubernamental, que fomentaba el furor de sus fieles, armados en algunos casos con armas de fuego. Los muertos, según el Ministerio de Sanidad, llegan a 13 (una cifra destinada a crecer mucho cuando se conozcan datos reales), con miles de heridos. Segundo, porque no se pueden emitir mensajes contradictorios con la esperanza de que alguno funcione.
Desde el viernes, cuando manifestantes y antidisturbios se enfrentaron con tremenda dureza, se había abierto un periodo de relativa calma y ánimo festivo, combinado con graves saqueos nocturnos, hasta que el miércoles el Gobierno lanzó a sus fieles y a sus matones (armados, organizados, muy peligrosos) contra la gente del 25 de Enero y contra los periodistas extranjeros. A partir de ese momento, el centro de El Cairo se convirtió en el infierno.
Esa localización reducida del conflicto constituye un elemento muy importante de la crisis. Unos y otros han elegido la plaza de la Liberación y sus alrededores como campo de batalla. El resto de la ciudad y el país es otra cosa: grupos de matones, controles improvisados por ciudadanos-vigilantes organizados contra los saqueos, paralización, ansiedad, calles desiertas y comercios cerrados. La gran mayoría de los egipcios, afligidos por el desabastecimiento (el toque de queda y los controles hacen casi imposible el suministro de mercancías), el alza de precios, el cierre de los centros de trabajo y la desaparición del turismo, una de las grandes fuentes de ingresos del país, desean sobre todo un desenlace rápido. (http://www.elpais.com/ 4/02/2011)






jueves, 3 de febrero de 2011

Cipayismo nac&pop. Luego del silencio, Cristina salió a apoyar el régimen de Mubarak.

A horas de expresar el malestar y enojo del gobierno por el “ninguneo” de Barack Obama quien visitará Brasil y Chile pasando por el cielo argentino pero sin hacer escala por estos pagos, el canciller Héctor Timerman afirmó el martes que el Gobierno de Cristina Fernández no emitirá “juicios de valor” sobre el dictador asesino de Egipto, Hosni Mubarak, ni sobre las jornadas revolucionarias que se viven en ese país. Esto luego de un estruendoso silencio durante los primeros cinco días en los que había comenzado la fenomenal rebelión en aquella histórica nación del Medio Oriente y pese a que fue y sigue siendo un tema de tapa de todos los diarios y noticieros de TV por sus implicancias mundiales (ver artículos).
La “calentura” que se vivió en la Rosada cuando se enteraron del desplante de Obama (Brasil es el gran país “estabilizador” de la región y Chile ha sido y es una de la ‘perlas’ predilectas de EE.UU. en el Cono Sur) desapareció a la hora de seguir como sombra al cuerpo la política que se emite desde Washington para bancar a la corrupta autocracia egipcia.
Cual prestidigitador -un tanto payasesco-, Timerman intentó justificar su apoyo implícito al régimen de Mubarak planteando que “Nosotros siempre hemos apoyado la defensa de los derechos humanos, la democracia, que haya más democracia para la gente, regímenes más representativos… pero tampoco podemos ser tan engreídos de pensar que vamos a resolver la crisis en Egipto también”.
Hace un año y medio, en septiembre de 2009, una Cristina Fernández un tanto “engreída” habló en la ONU centrando su discurso contra el presidente de Irán, Ahmadinejad, por haberse negado a extraditar a funcionarios y ex funcionarios de ese país acusados sin prueba alguna por el atentado a la AMIA. Terminó su discurso con un pedido de “democracia, vigencia de los derechos humanos y reglas similares para todos los países del mundo”. “Que estas tres exigencias sean iguales para todos”. ¿Por qué entonces sí, para “todos”, y ahora con Egipto no? El gobierno de Cristina fue parte de una andanada del imperialismo yanqui contra Irán (uno de los “ejes del mal”, según Bush), utilizando un dictamen trucho del fiscal Nismann. Ahora es parte del sostén imperialista al régimen egipcio acorralado por una magnífica irrupción de las masas explotadas y oprimidas. Como se explica en otras notas de este periódico, Egipto tiene una importancia estratégica para el imperialismo norteamericano, entre otros su posición pro Israel. Timerman terminó de rematar su justificación a la vergonzosa posición del gobierno argentino con un rapto de honestidad: “Ayer Israel salió a apoyar Mubarak; quiere decir que es una situación álgida, difícil para todos en Medio Oriente”. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Tamaña genuflexión es parte de la impostura de un gobierno que se reclama “nacional y popular”. Nada nueva. El kirchnerismo aprobó en el Congreso argentino las leyes “antiterroristas” que impuso George W. Bush, una verdadera amenaza sobre las organizaciones de lucha obreras, populares y de la izquierda. Firmó un Tratado de Libre Comercio del Mercosur con el Estado terrorista de Israel. Su ratificación se rubricó cuando la maquinaria de Tel Aviv llevaba muerte y destrucción a la Franja de Gaza. Participa como títere de la cruzada imperialista contra Irán. Envía tropas de la gendarmería a Haití para reprimir al pueblo pobre de aquella nación. En las últimas semanas firmó acuerdos comerciales para las grandes patronales del campo y la industria con las autocracias pro yanquis y pro sionistas de Qatar y Kuwait. Todo esto en el marco de ser los mejores pagadores de la deuda externa de toda la historia, poniendo como un valor a defender “la salida del default”.
Una línea consecuentemente anti-nacional.
Queda en las manos de las organizaciones obreras, estudiantiles y de la izquierda la lucha por imponer la ruptura de relaciones diplomáticas con el régimen asesino de nuestros hermanos egipcios. ¡Abajo Mubarak y todo su régimen! ¡Fuera el imperialismo! ¡Ruptura ya de relaciones con el régimen de Mubarak!
Al cierre de esta edición, en Buenos Aires, distintas organizaciones organizaban un acto en el Obelisco para el viernes 4 en solidaridad con el levantamiento egipcio, contra Mubarak y su régimen, contra el imperialismo y el sionismo. El PTS viene sosteniendo la necesidad de organizar una gran acción a la embajada yanqui, de toda la izquierda, centros de estudiantes y organizaciones obreras combativas y de las comunidades árabes e islámicas en nuestro país que se oponen a ese régimen asesino.

miércoles, 2 de febrero de 2011